Paciencia... tachando los días de un calendario invisible, impasible pero lento. Viendo las horas pasar sin que pasen. No sé bien qué espero, si tu olvido o tu regreso. Me consumo en esta agonía, como el cigarro que enciendo y que se fuma el viento. Y mi corazón, cosido a base de grapas, se desangra de recuerdos. Dice que es fuerte, mientras remienda sus heridas con la venda que un día cayó de sus ojos.
Pero yo ya no le creo.
Pero yo ya no le creo.
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