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24 gotas...

Cuarta Parte


Se quedó helada, de piedra. No podía creer lo que estaba viendo. Paula, su hermana, estaba allí, después de tantísimos años. Se giró y sus miradas se encontraron. Ninguna supo qué decir. Había cambiado tanto... Su pelo, antes largo y caoba, era ahora corto y negro azabache. Sus pequeños ojos habían dejado de transmitir seguridad. Se había vuelto frágil. Al fin tuvo el valor de hablarle. Le preguntó que qué había venido a hacer aquí, ya que en todos los años que habían pasado desde que Carla se fue de casa, nunca había ido a visitarla, ni siquiera se había acercado a la zona donde vivía. Ni una triste llamada en todo ese tiempo.

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